Los
eurodiputados de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios, han aprobado
un texto que hace obligatorio el uso de una base común consolidada para el
impuesto de sociedades. Según los diputados, esto hace la vida más fácil a las
empresas que tengan y quieran mantener sucursales en diferentes Estados
miembros y reduce la burocracia. En marzo de 2011, la Comisión propuso en un
principio un esquema voluntario.
El
texto, que ha sido aprobado con 37 votos a favor y 7 en contra, propone
concretamente una
"hoja de ruta" para hacer el impuesto
de sociedades como base obligatoria común después de un período de transición.
La responsable del informe, la eurodiputada Marianne Thyssen, ha destacado que
este sistema armonizado para el cálculo de la base imponible haría posible que las empresas puedan consolidar los resultados
de sus sucursales individuales, lo que les permite compensar las pérdidas que
un miembro del grupo pueda tener.
El
plan de trabajo incluye una primera
fase en la que el sistema sólo se aplicaría a las sociedades europeas
cooperativas, que son por naturaleza, transfronterizas. Después de cinco
años en los que se aplicaría a todas las empresas con la excepción de pequeñas
y medianas empresas (PYMEs), estas podrían optar en el caso de que así lo
desearan.
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