La
inversión en capital humano es uno de los rasgos que diferencia a las empresas,
y en consecuencia, habrá que plantear los que deban considerarse sus
compromisos socialmente responsables, su
puesta en práctica efectiva y los resultados que a corto y largo plazo podrán obtener
en el mercado globalizado.
Esa realidad debe coordinarse con la regulación de las
sociedades de capital tanto en lo que afecta a la primacía del interés social
como a la concreta aplicación de los deberes legales de los administradores y
su responsabilidad. Se trata de analizar en qué medida la responsabilidad
social es compatible con la atención al interés de los accionistas.
La
toma de decisiones en materia fiscal está viéndose afectada, cada vez con mayor
intensidad, por las exigencias derivadas de la RSE. La llamada
"glocalización" lleva a conjugar lo local y lo global a la hora de
planear inversiones, tanto fuera como dentro de España. El margen de actuación
para las empresas en los asuntos fiscales transnacionales puede verse
restringido en virtud de recientes iniciativas legislativas promovidas en los
foros internacionales que es necesario conocer.
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