viernes, 30 de mayo de 2014

En Europa tenemos una pirámide de innovación invertida. Europa orienta su organización innovadora como si cualquier proyecto de innovación supusiera el reto de poner un hombre en la luna. Julián Seseña Navarro.


 Julián Seseña, empresario que participa junto con la Universidad de Castilla la Mancha, Desertic y Junta de Comunidades en el proyecto europeo eDIGIRERIGION, asegura que si de verdad nos creemos que el futuro económico y la competitividad requieren de un esfuerzo innovador, es evidente (y explicaremos el motivo) que deben ser las PYMES las que lideren la INNOVACIÓN, al menos en su impulso emprendedor, porque son las que contribuyen en mayor nivel en la actividad de emprendimiento.

La Comisión Europea pregunta continuamente a los responsables de I+D+i de las empresas ¿Cual es el futuro? ¿Qué tecnología debemos promover?, etc, y además, lo inaudito, es que la Comisión espera que en un mercado de competencia, los responsables de una empresa le digan en público y para el beneficio de su competidor, hacia dónde debe orientarse la investigación y la innovación Julian Seseña comentó la semana pasada, en una conferencia en Toledo, al respecto: Mire Usted, no hay nada más secreto en Estados Unidos que los planes de investigación y de gestión de la propiedad intelectual. Nadie confiesa cuales son sus armas de competitividad y mucho menos sus competidores

Nos centraremos en la competitividad y en la innovación.

La competitividad viene de la mano de la competencia en la innovación, de la capacidad innovadora, del estímulo a la creatividad, de la compensación al que genera propiedad intelectual.

Es importante contar con socios, clientes y proveedores del resto de Europa y dentro de España para aunar esfuerzos hacia la innovación. A veces o mejor dicho la mayoría de las veces, como innovación se entiende un invento o éxito descomunal, lo que desincentiva a las PYMES.  Jualían Seseña, sobre este asunto, hace una comparación muy interesante: “Podemos estar orgullosos de contar con atletas de élite, de primer nivel, olímpicos, lo que enorgullece, pero esto no debe ser el objetivo de fomento del deporte, este es uno de los objetivos pero el fomento en el deporte se facilita organizando torneos, construyendo polideportivos, incentivando a colegios a compartir, etc”.

Algo similar ocurre en la economía. No deberíamos impulsar y magnificar exclusivamente los grandes logros, que por otro lado son muy difíciles y siempre deben ocurrir hechos con alguna componente de casualidad, sino fortalecer las acciones tendentes a disponer de una clase media de PYMES modernas y fuertes con vínculos económicos amplios. Lanzar un programa social que inserte la innovación como parte de nuestro ser igual, un programa multisectorial, educativo, político, legal, financiero y que mueva todos los vectores hacia un cambio social en la percepción del innovador, debería ser el objetivo.

En Estados Unidos uno puede presentarse a un cliente o futuro inversionista diciéndole todos los fracasos que ha tenido, porque tuvo osadía de innovar y asumir riesgos y eso, es valorado positivamente. Aquí, en Europa, es un disparate confesar errores pasados, en España es una temeridad, puede ser el suicidio empresarial. Esta filosofía y apreciamiento social debe cambiar.

Si las PYMES son más del 90% de las entidades económicas de Europa y contribuyen a generar más del 55% del empleo de Europa y casi el 60% del PIB ¿Por qué no están debidamente representadas en Europa? Europa es un centro de lobby que está muy lejos y de difícil alcance para las PYME y se da la paradoja que algunas vecesson las grandes multinacionales, como ocurre en el sector de las telecomunicaciones, las que postulan como mejores defensores de las PYMES.


Las PYMES deben internacionalizarse para asegurarse su competitividad, abrir mercados, detectar tendencias, distribuir riesgos… Y en este esfuerzo, la universidad y los centros tecnológicos deben ponerse al servicio del tejido productivo de las empresas para ayudarles a encontrar soluciones, ayudarles a innovar y ser competitivos.

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