Dicen que el mundo empresarial se vería más
beneficiado si se le prestara más atención a la filosofía. El gran valor que
presenta la filosofía, y en concreto la metafísica, se encuentra en la vida
organizativa. Se pone de relieve la estrecha relación que existe entre nuestra
forma de entender la filosofía y el modo en que nos organizamos.
¿Qué son las organizaciones humanas, en
sentido más hondo? ¿Cómo se relacionan con el resto de lo que existe? ¿Qué
puede aportarles la metafísica? El modo de actuar con respecto a algo (sea o no una empresa) procede, ante todo de su ser
y, así, de un recto conocimiento del mismo y de sus causas. Sin embargo este
asunto constituye una tarea pendiente en las empresas.
Ideas:
Muchas organizaciones de nuestro tiempo
(empresas), se han visto afectadas por los excesos de la filosofía positivista
y el materialismo, a veces a extremos de “utilitarismo”.
Así, se ha promovido una forma de
conocer y de actuar marcada por el “cálculo
de intereses”. El fundamentalismo se ha aprovechado de las organizaciones
de todo tamaño en los que su dominio ha generado en abusiva manipulación. Ej;
la célebre obra que todos conocemos “Tiempos modernos”. Con el tiempo la “teoría organizativa” de la mano de la “ciencia de las organizaciones” se ha
ido haciendo con un espacio importante dentro de la vida empresarial. Sin
embargo no terminan los “manuales de dirección“ o
libros de administración de empresa de llegar al fondo ya que nos
presentan una administración “científica” sin abordar elementos, de suma
importancia, como humanismo o sobre los grupos y sus dinamismos propios.
En fin, debemos preguntarnos qué puede
decirnos de nuestras organizaciones la filosofía. La filosofía organizativa nos
ayuda a generar verdadero valor en este campo, genera organizaciones mejores y
desarrolla de manera enriquecedora a los seres humanos dentro del grupo, y
fuera. Filosofar reporta un asombroso fruto. La metafísica en este terrero se
hace fundamental. La metafísica nos habla de las causas y el sentido más hondo
de lo que hay, nos ayuda, así, a evitar la superficialidad de nuestra
reflexión, y fomenta en nosotros actitudes de profundidad y alcance.
Ciertamente, hemos de otorgar que la eficacia de las organizaciones humanas se
halla relacionada con la ética que se alcanzan en ellas, más, esta responde a
nuestra forma de ver y tratar a los seres humanos (antropología). Si nuestra
metafísica está errada, nuestro futuro organizativo, a largo plazo se
ensombrece.
La primera contribución de toda metafísica
certera, y esto también para las organizaciones humanas, consiste en su rotunda
afirmación del ser y de lo real. Una metafísica adecuada nos enseña que el ser
y la realidad son superiores al no ser y a la pura idealidad; y nos ayuda a
alcanzar que, dado que el acto mismo es superior a la pura potencia, el ser
mismo es ante todo: “ACTO, actividad, dinamismo (Santo Tomás de Aquino)
Sencillamente, las organizaciones han de vivir
estos principios. Sin embargo, no deben interpretarlos como la invitación a desplegar
un puro activismo irreflexivo, sino con la conciencia actuante. Toda
organización humana debe comenzar sabiendo que tiene que perfeccionarse así
misma, de modo continuo, y perfeccionar también su propia obra, así como su
entorno o mundo. Esto demanda el que se conozcan así mismas, y en el que logren desplegar su dinamismo, conforme a su
auténtico modo de ser [por eso las organizaciones que mutan sin identidad
propia, y las que se agrian en su esencia atrofiadamente, terminan, al cabo, en
lo mismo: en desaparecer en cuanto tales. Es verdad que las organizaciones
las constituyen a su vez entes diversos
entre si, en los que caben puntos en común, al mismo tiempo que diferencias. No
en todas las organizaciones se trabaja igual; y entre otras razones porque en
todas ellas no se posee una visión metafísica igual. Ahora bien, entendida la
legitimidad de concebir lo laboral desde cierta diversidad propia, debemos
hacer por crear una visión del trabajo mínimamente adecuada a la realidad de
manera general para que sea fructífero (filosofía organizativa)
Jorge Úbeda y Gonzalo Mendoza en la Escuela de Filosofía,
junto con sus alumnos, reparan la historia del pensamiento y reflexionan sobre
la condición humana. En EFi "Escuela de filosofía" se ofrece a los alumnos la
posibilidad de ejercitar con radicalidad el pensamiento propio, confrontándolo
con los tesoros intelectuales del pasado, con las propuestas filosóficas del
presente y junto a personas interesadas en lo mismo. El curso cuesta 4.500
euros pero existe la posibilidad de obtener una beca de la “Fundación Escuela
de Filosofía”.
Simpáticos compañeros de viaje, Calvin y Hobbes.
Gracias Juan Carlos por presentármelos.
(Siglos -VI a
IV) Tales de Mileto Anaximandro de Mileto Anaxímenes de Mileto Pitágoras Heráclito de Éfeso Jenófanes
de Colofón Parménides: "Y
ya sólo la mención de una vía queda;
la de que es. Y en ella hay señales en
abundancia; que ello, como es, es ingénito e imperecedero, entero, único, inmutable y
completo."
Zenón: "Si existe una pluralidad, es necesario
que las cosas sean tantas (en número) cuantas son y no más ni menos. Y si son
tantas cuantas son, deben ser ilimitadas. Si existe una pluralidad, las cosas
existentes son infinitas; pues siempre hay otra cosa entre ellas, y otras, a su
vez, entre estas otras. Y así, los seres existentes son infinitos."
Anaxágoras en Clazomene Empédocles Demócrito
Protágoras. Sócrates Platón. Aristóteles Epicuro: “Nadie por
ser joven vacile en filosofar ni por hallarse viejo de filosofar se fatigue.
Pues nadie está demasiado adelantado ni retardado para lo que dice que aún no
le llegó la hora de filosofar o que ya ha pasado es como quien dice que no se
le presenta o que ya no hay tiempo para la felicidad. De modo que debe
filosofar tanto el joven como el viejo: el uno para que, envejeciendo, se
rejuvenezca en bienes por el recuerdo agradecido de los pasados, el otro para
ser a un tiempo joven y maduro por su serenidad ante el futuro. Así pues, hay
que meditar lo que produce la felicidad, ya que cuando está presente lo tenemos
todo y, cuando falta, todo hacemos por poseerla”. Carta a Meneco
(Siglos V a
XVI) San Agustín de Hipona San Anselmo de Canterbury Santo Tomás de Aquino Guillermo de Ockham Erasmo de Rotterdam Martín Lutero Tomás Moro Nicolás
Copérnico: ”De todas
las cosas visibles, la más alta es el cielo de las estrellas fijas “
Maquiavelo (Siglos XVII y XVII) Hobbes Galileo Galilei Descartes: "Para ser un buscador real de la verdad, es
necesario que al menos una vez en tu vida dudes, tanto como sea posible, de
todas las cosa”
Locke Hume Kant (Siglos XIX y XX) Marx Nietzsche George Edward Moore Ortega y Gasset: “En la tesis
idealista, el yo, el sujeto, se traga el mundo exterior. El yo se ha hinchado
ingurgitando el Universo. El yo idealista es un tumor: nosotros
necesitamos operar una punción de ese tumor”
Sartre Louis Althusser Thomas Samuel Kuhn: "Las
revoluciones científicas se consideran aquí como aquellos episodios de
desarrollo no acumulativo en que un antiguo paradigma es reemplazado,
completamente o en parte, por otro nuevo e incompatible."
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