“Una obra nunca se acaba, sino que llega al límite de sus propias posibilidades”. Antonio López

                                  Antonio López García

Dibujante, pintor y escultor. Se formó en un principio junto con su tío, Antonio López Torres. Ejerció, en su obra, una notable influencia Salvador Dalí en sus inicios de quien toma el gusto por la realidad y el predominio del dibujo sobre la pintura. Junto Con Enrique Gran, Amalia Avia y Lucio Muñoz, entre otros formó parte de la llamada Escuela Madrileña.

Técnicamente se lo podría considerar como un hiperrealista, autor único, simbólico y enigmático por el que el proceso pictórico es de tanta importancia como la obra terminada. Esto se pone de manifiesto en el film de Víctor Erice “El sol del membrillo”, en el cual Antonio reflexiona sobre el objeto, la actividad artesanal y creativa y su constante preocupación sobre el paso del tiempo.

Antonio López nació meses antes del inicio de la Guerra Civil en Tomelloso. Es el mayor de cuatro hermanos. En 1949 se trasladó a Madrid para preparar su ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Tras terminar sus estudios realizó sus primeras exposiciones individuales (1957-1961). 

En 1961 se unió en matrimonio con la pintora María Moreno, del que nacieron sus dos hijas: María y Carmen. Desde este último año hasta 1969 fue profesor encargado de la Cátedra de Preparatorio de Colorido en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.

En 1985 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.

En Enero de 1993 fue nombrado miembro de número de la madrileña Real Academia de San Fernando.

En 1990 el director de cine Víctor Erice Filmó “El sol del membrillo”, en el que se recoge el proceso creativo del artista mientras pinta un membrillo del patio de su casa.

En 2006 recibió el Premio Velázquez de las Artes Plásticas.

Método de trabajo: “Una obra nunca se acaba, sino que llega al límite de sus propias posibilidades”. Con estas palabras Antonio López resume su particular modo de acercamiento al objeto de pintar. Sus cuadros se desarrollan a lo largo de varios años, décadas en ocasiones, con una plasmación lenta, meditada, destilando con cada pincelada la esencia del objeto o paisaje, hasta que el artista consigue plasmar la esencia del mismo en el lienzo. El pintor busca entre la realidad que le rodea aquellos aspectos cotidianos, que el recoge con un tratamiento pleno de detallismo, rozando lo fotográfico. Sus preferencias van desde las vistas de Madrid hasta los retratos de sus familias, pasando por los objetivos más cotidianos y cercanos.

Obra:

1955 –  Sinforoso y Josefa

1955 –  La parra

1956 – Antonio y 1957 – La niña muerta

1959 – O Candeeiro

1959 – Francisco Carretero y Antonio López Torres

1960 – Carmencita jugando

1960 – Carmencita de comunión

1961 – Mari

1961-1965 – Emilio y Angelines

1961 – Calle de Santa Rita

1961 – Josefa

 1962 – Mari en Embajadores

1962-1963 – Madrid desde el Cerro del tío Pió

1962-1990 – Terraza de Lucio

1963 – La alacena

1963 – La aparición

1963 – Mujer durmiendo

1964 – Atocha

1964 – El Norte de Madrid visto desde “La Maliciosa”

1965-1966 – El aparador

1965-1970 – Madrid La Para o Observatorio

1965-1985 – Madrid Sur

1965 – Vaso Con flores y pared

1965-1968 – Carmencita

1966 – Los Novios

1967 – Figura Numa Casa

1967 – Lavabo y espejo

1968-1990 – Hombre y Mujer

1969-1970 – Estudio Con tres puertas

1969 – El jardín de atrás

1970 – La Luz Eléctrica

1971 – Restos de Comida

1971-1972 – Cuarto en Tomelloso

1972 – María

1972 – Conejo desollado

1972-1975 – Casa de Antonio López Torres

1974-1981 – Gran Vía

1976-1982 – Madrid visto desde Torres Blancas

1977-1980 – Lirios y Rosa

1977-1990 – Gran Vía, Clavel

1989- Ciruelo

1990- Árbol de membrillo

1990-1994 – El campo del Moro

1991-1994 – Nevera nueva

1987-1994 – Madrid desde Capitán Haya

1994- Membrillos y calabazas

1994-1995 - Calabazas

2003 – Hombre

1990-2004 – Afueras de Madrid desde el cerro

1997-2006 – Madrid desde la torre de bomberos de Vallecas