Colección Metrópoli: Las portadas de Metrópoli reflejan la historia de
una pasión por el diseño y el periodismo, una obsesión por el arte y la
creatividad que se alimenta de la cultura de la calle y los motivos cotidianos
para transmitir emociones. Rodrigo Sánchez es el creador de todas ellas
. Tras su paso por numerosas cabeceras, entre las que destacan ABC, Cinco Días, Cambio 16, Mercado o el Sol, está vinculado al diario El Mundo y a Unidad Editorial desde 1992, siendo el único diseñador del mundo que ha recibido dos veces consecutivas el premio Best of Show dela SND ,
considerado como el Pulitzer del diseño.
. Tras su paso por numerosas cabeceras, entre las que destacan ABC, Cinco Días, Cambio 16, Mercado o el Sol, está vinculado al diario El Mundo y a Unidad Editorial desde 1992, siendo el único diseñador del mundo que ha recibido dos veces consecutivas el premio Best of Show de
Fundación Carmen Pardo-Valcarce: La Fundación inició su camino cuando, en 1.948,
Carmen Pardo-Valcarce escuchó la petición de las personas que, enfermas de
lepra, vivían en la leprosería de Trillo, en Guadalajara. El deseo unánime de
aquella gente fue el de que sus hijos pudieran criarse y educarse en un entorno
libre de la enfermedad. Había en aquella petición tal grado de amor y de generosidad
que Carmen no pudo desoírla. En pocos años, tras un acuerdo con el Instituto
Nacional de Previsión, se compraron los terrenos situados frente a la que es
hoy la colonia de Mirasierra y se construyó el preventorio que sigue siendo en
la actualidad el icono de nuestra Fundación.
La obra que Carmen Pardo-Valcarce creó entonces para enfrentarse a
aquel reto recibió el nombre de Patronato del Niño Jesús del Remedio. Transcurrieron
los años y el preventorio cumplió con sobresaliente su función: entre los
cientos de niños que pasaron por él no se detectó ni un solo caso de contagio
por la enfermedad.
Rosario Cavestany Pardo-Valcarce, hija de Carmen, ocupó su lugar
en 1.967, cuando ésta murió. Fueron años en los que la lepra estaba siendo
erradicada y en que los enfermos podían ya recibir tratamientos ambulatorios
desde sus domicilios. Rosario solventó con sabiduría la situación: hizo
convivir en las instalaciones del Patronato al cada vez menor número de hijos
de enfermos de lepra con niños que, por diversos motivos, carecían del
necesario arraigo familiar.
Pero, transcurrido el tiempo, Rosario fue consciente de que
aquello no era suficiente, y también comprendió que hacía falta alguien con la
juventud y el empuje necesarios para dar un rumbo nuevo a lo que su madre había
fundado. Y no tuvo que buscar. Su única hija, Carmen, llamada así en recuerdo
de su abuela, asumió el reto.
Carmen Cafranga Cavestany, actual presidenta de la Fundación Carmen
Pardo-Valcarce, meditó con cuidado el destino que dar al legado de sus
antecesoras, aunque no tardó en comprender que, si su abuela se había dedicado
a niños y jóvenes con desarraigo social, ella tenía que continuar con esa
labor. Y apostó por la integración en la sociedad de aquellas personas que, por
su discapacidad intelectual, se sintieran injustificadamente diferentes y
apartadas del mundo en el que vivían.
Creó, en memoria de su abuela, la Fundación Carmen
Pardo-Valcarce, que, en pocos años, ha llegado a ser un referente mundial en su
ámbito de actuación. En 2008 llegó el reconocimiento internacional. En ese año
Naciones Unidas incluyó la
Fundación en su Business Guide, relación de las ochenta y
cinco ONGs mundiales de mayor confianza para formalizar alianzas con empresas.
Pero la saga de mujeres que comenzara en 1.948 con Carmen
Pardo-Valcarce no se ha detenido. Almudena Martorell Cafranga, hija de Carmen,
es actualmente directora de la
Fundación. Su dedicación y amplia formación hacen que la
labor que hace ya más de medio siglo fundó su bisabuela continúe creciendo.
Historia Actual
En el año 1.988 Carmen Cafranga con un grupo de jóvenes
profesores, el catedrático Luis Zabalegui y la actual adjunta a la Presidencia , Maria
Luisa Basa, concierta con el Ministerio de Educación un Centro de
Formación Profesional Adaptada de primer grado en el que se forman
jóvenes (mayores de dieciséis años) con fracaso escolar y grave riesgo de
exclusión social.
Son años difíciles con una población especialmente conflictiva,
pero con este cualificado equipo de profesionales docentes cargados de ilusión,
se consiguen importantes avances.
En el año 1996, las competencias en educación son asumidas por las
Comunidades Autónomas, y el Centro de Formación Profesional, con un amplio
prestigio en la ciudad de Madrid en el ámbito de la atención a personas con
necesidades educativas especiales, se convierte en el Centro de
Educación Especial “Niño Jesús del Remedio”.
En 1990, se creó la Fundación Carmen Pardo-Valcarce,
entidad titular del Centro Ocupacional Pardo-Valcarce, en recuerdo
de la fundadora de la
Institución , para favorecer la inserción laboral como medida
de normalización para los jóvenes con especiales dificultades.
Este Centro, dirigido hasta el año 2007 por Luis Zabalegui,
autorizado y concertado con la
Comunidad de Madrid, ha formado a cantidad de personas con
discapacidad intelectual entre los dieciocho y los sesenta y cinco años, en
diferentes talleres profesionales (viveros, manipulados de clasificación,
lavandería, carpintería, decoración, pintura, automóviles, floristería, etc.).
El siguiente reto ha sido lograr la incorporación al mundo del
trabajo ordinario de los jóvenes con discapacidad intelectual, objetivo
prioritario de los Centros Ocupacionales.
Se crean tres sociedades limitadas, constituidas y autorizadas
como Centros Especiales de Empleo, cuyas plantillas están
integradas en un noventa por ciento por personas con minusvalía oficialmente
reconocida. En la actualidad, hay contratados más de noventa empleados con
discapacidad intelectual o física. Todos ellos disfrutan de sus derechos como
trabajadores.
Pero la actividad de la Fundación se desarrolla también en otros ámbitos.
En el año 2002, se crea la Vivienda Tutelada
Pardo-Valcarce para aquellas personas discapacitadas que, bien por
carecer de un recurso familiar de alojamiento o bien por querer acceder a una
vida más autónoma, deciden solicitar una plaza en estos pisos.
En el año 2005 se funda el Centro de Día “Diem”
(discapacidad intelectual y enfermedad mental), centro pionero en la Comunidad de Madrid que,
desde al año 2005, acoge a veinte usuarios de ambos sexos afectados por
discapacidad y trastornos de conducta con objeto de lograr su rehabilitación
psicosocial mediante innovadoras prácticas terapéuticas.
Pero además, las dos Instituciones que preside Carmen Cafranga
Cavestany han extendido su influencia más allá de nuestras fronteras.
Por su lado, la Fundación Carmen Pardo-Valcarce gestiona desde
2001 Programas de Cooperación al Desarrollo en ocho países de
Centroamérica y América del sur (paises andinos).
Asociación y Fundación han desarrollado también varios Proyectos
de Iniciativas Comunitarias Europeas a favor de la inserción social y
de la integración laboral de personas y colectivos en riesgo de exclusión.
Desde el año 2004, la Fundación Carmen Pardo-Valcarce comienza su labor
investigadora, recibiendo numerosos premios por esta labor.
Y, más recientemente, la lucha por la integración continúa. En
2006, se funda la Oficina de Empleo, orientada a la inclusión
laboral de las personas con discapacidad intelectual en la empresa ordinaria.
Trabajando a caballo con las familias, la Administración y
muy en concreto con el tejido empresarial español, ya son mas de 150 los
jóvenes con discapacidad intelectual que se han insertado en empresas, además
de los múltiples convenios firmados y la labor de concienciación realizada a
través de diversas actividades.
En la actualidad se desarrolla un proyecto innovador de gran
relevancia social y que ha tenido una extraordinaria repercusión mediática. Se
trata de la Unidad de Atención a Víctimas con Discapacidad Intelectual.
Recurso especializado en casos de abuso sexual a personas con discapacidad
intelectual. Se lleva a cabo en colaboración con la Guardia Civil y su
equipo de psicólogos de la
Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo y cuenta con
la financiación de la
Fundación MAPFRE.
En el año 2011 se ha puesto en marcha el proyecto medioambiental "Rus
In Urbe". Consiste en la creación, diseño y mantenimiento de ciento
cincuenta "huertos urbanos" en alquiler cuyo
objetivo prioritario es acercar el campo a los habitantes de la ciudad. Los
jóvenes trabajadores con discapacidad de la Fundación , expertos
viveristas y horticultores, actuarán como "personal keeper" de todos
aquellos usuarios de los huertos que requieran asesoramiento y orientación
especializada para obtener el más eficiente rendimiento de sus parcelas.
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