Durante
los últimos años he dedicado una parte de mi tiempo a seleccionar personal.
Hay
que pensar muy bien qué personas incorporas a tu plantilla, ya que entran a
formar parte del aspecto más importante de tu negocio. Como resumen diría que
contratamos actitud positiva, optimismo, buenos modales, inconformismo, saber
escuchar, curiosidad. Sinceramente, si alguien cumple todo lo anterior, sabrá
hacer bien su trabajo.
El
empleo fijo y garantizado está muerto, pero hay oportunidades para quien tenga
agallas y energía positiva para luchar. Los masters son importantes, pero no
son lo único que importa a la hora de encontrar trabajo. El conocimiento es
nuestro gran motor, aunque lo que de verdad será decisivo es cómo lo usamos. De
nada nos sirve tener grandes aptitudes, si nuestra actitud no es la correcta.
Quiero
gente que busque la excelencia en aquello que le ocupe. En España llevamos
mucho tiempo anclados en la mediocridad. Muchos se han acostumbrado a las cosas
medio-bien hechas, de manera que cuando encontramos algo que funciona de forma
correcta, nos parece excelente. Si hacemos las cosas mejor de lo que es
habitual ayudaremos notablemente a mejorar nuestras empresas. Es imprescindible
premiar la cultura del esfuerzo y el trabajo bien hecho, sólo así seremos más
competitivos.
Trabajadores
y empresarios estamos solos ante el peligro, así que lo mejor que uno puede
hacer es hacer de su persona un negocio en sí mismo. La idea de ser empresario
aterroriza a mucha gente, pero todos somos emprendedores. Podemos y debemos
mejorar nuestras habilidades, refinarnos al máximo y explotar nuestra capacidad
comercial y política (nos guste o no, funciona). Y para hacerlo lo primero es
estar convencidos de las bondades del producto que vendemos. Y es necesario
manejarse bien en el arte de las relaciones personales para saber qué se espera
de nosotros y dónde están las oportunidades.
Desde
hace miles de años, siempre hemos vendido o intercambiado algo. El hacerlo
mejor o peor dependerá de cada uno, de su educación, de sus convicciones, de su
formación, de su pasión y de sus valores. Cada persona dispone de un enorme
almacén para la venta y el intercambio: sabiduría, belleza, experiencia,
simpatía, salud, destreza, contactos, dinero, osadía, maestría, influencia,
serenidad, honradez, honestidad, idiomas y un largo etcétera, así que,
saquémosle provecho.
Estas
mejoras empiezan de manera individual, no dependen de las políticas de un
gobierno, así que no culpemos a nadie, no esperemos nada, hagamos algo.
Fotografía de Murat Süyür. Fotógrafo
especialista en montajes publicitarios surrealistas y maestro de Photoshop.
Nació en Estambul pero reside en París trabajando para agencias, diversos
clientes y revistas.
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