viernes, 7 de septiembre de 2012

Inteligencia Económica para aspectos Normativos y Jurídicos





Una de las necesidades doctrinales más importantes de esta disciplina consiste en normalizar y explorar los puntos de aplicación específicos e indispensables al crecimiento de la eficacia de Inteligencia Económica.  Por consecuente, se define como “la búsqueda, el tratamiento y la transformación de la información de uso jurídico y normativo en conocimiento” con el fin de:

Preservar a la empresa de contenciosos o a abordarlos en las mejores condiciones posibles.

Garantizar el reconocimiento y la protección jurídica de los derechos corporativos e inmateriales de la empresa.

Apoyar a la inteligencia económica.

Para formularlo de otro modo, consiste en dar razón  a la empresa en el máximo de ocasiones a través de la información. La protección de la información de una empresa se obtiene vía el conocimiento profundo de las prácticas de propiedad intelectual e industrial.  En cuanto a garantizar el reconocimiento y protección jurídica de los derechos corporativos de la empresa se obtiene a través del lobby, entendiendo este como “una acción de influencia cuyo objetivo es la concienciación por parte de los agentes económicos, legislativos y normativos de las necesidades de la empresa”.  No es chocante que una empresa pueda dar su opinión en cuanto a los textos de ley que le atañen o en los procesos de elaboración de normas que le incumben. Nada tiene esto que ver con el tráfico de influencias ni la corrupción.

La síntesis  de esta categoría de la Inteligencia Económica  es un campo de disciplina autónomo de la que se deriva una estrategia jurídica dinámica y creativa de la empresa y no sólo del dominio de las leyes fiscales y laborales. Una estrategia así permite proteger eficazmente el capital inmaterial, de evitar procesos jurídicos o anticipar la búsqueda de pruebas y de formalizar y poner en marcha acciones adaptadas a las evoluciones económicas  (sistemas productivos locales por ejemplo…) todo ello asociado a una estrategia comunicativa reactiva que permita defender la imagen corporativa de la empresa de las ingeniosas y ofensivas acciones de desestabilización por la información. Por otra parte, sirve para proteger a la empresa sabiendo que todas sus prácticas son rigurosamente legales y acorde a la deontología de la empresa.

Normalmente las PYMES no se pueden permitir acciones de Vigilancia Jurídica, por lo que deben ser las asesorías las que den este servicio crucial de protección; la salvaguarda del patrimonio tangible e intangible del conocimiento interno de la empresa, la elaboración de políticas eficaces de confidencialidad o estrategias ingeniosas de patentes, capaz de arbitrar, en el momento y en la distancia, las prácticas fraudulentas de “patentes cebo”, la instalación de patentes de protección, o la táctica de inundación de patentes para volver indetectable la realmente útil. La consultoría sobre la utilidad de patentar por el cliente debería ser también cosa de las asesorías; ¿debe patentar la empresa esta invención y hacerla pública, o bien poner en marcha unos procedimientos de salvaguarda del secreto industrial con el fin de sacar un mayor rendimiento en el tiempo?

Por otra parte se pueden citar también las nuevas acciones de de desestabilización que se derivan de la instrumentalización de la justicia. Algunas empresas emprenden procesos jurídicos con el fin de perderlos pero obtener ventajas económicas puntuales u orquestar ofensivas mediáticas contra un competidor  (entonces hay que poner en marcha estrategias de protección de la imagen contra lo que se denomina riesgos informacionales). Algunos incluso han puesto denuncias contra dirigentes de empresas en bolsa para hacer caer el valor y así poder comprar un mayor número de acciones.
Un problema crucial de las PYMES es la lucha contra las copias y plagios; en estos casos la Inteligencia Económica puede prever estos problemas y buscarles solución antes de que afloren, recolectando pruebas, trayendo identidades de responsables o estudios sanitarios para el consumidor…

En breve una gran cantidad de PYMES cuyos DG están cerca de la jubilación sufrirán ataques por parte de grandes oligopolios y fondos extranjeros con el fin de ser compradas. Una gran práctica en los procedimientos de negociación y en los arcanos de los pactos de accionistas permitiría a estas empresas seguir siendo lo que son y no pasar a formar parte de algún oscuro trust.

Como su referente económico, la Inteligencia jurídica debe ayudar a determinar si es juicioso la competición, la colaboración o la competición.

Para las grandes empresas resulta interesante este tipo de inteligencia desde que la disuasión estratégica ha pasado de ser de militar, a económica. La amenaza que garantiza la cohesión de los estados será geoeconómica antes que coercitiva. De hecho, los conflictos se pueden definir hoy como la expresión agresiva de un deseo económico. Este deseo utiliza las nuevas tecnologías de la comunicación para vehicular el conocimiento como una parte más de la estrategia global.

LA INTELIGENCIA ECONOMICA AYUDA AL MARKETING A CREAR VALOR PARA LAS EMPRESAS, DETECTANDO Y REVELANDO EL VALOR PARA LOS CLIENTES”

(Del libro “Intelligence Economique” de Eric Delbecque)


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