A colación (que no clonación) de costura
y moda, un articulo muy interesante firmado
BACK STAGE SARAH GARCÍA y publicado
en http://www.modaes.es/
La industria de la moda
es un negocio. Y como en todo negocio, tiene sus problemáticas. Una de las que
más da que hablar es el del plagio o la copia. Son muchos los diseñadores o
firmas que se han visto envueltos en juicios y escándalos por culpa de una
creación demasiado inspirada en
otra o en un artículo que se
parece mucho a otro.
Aunque Coco
Chanel estuviera de acuerdo, e incluso le gustara que la copiaran,
parece que actualmente las casas de moda no piensan lo mismo. Gucci y Guess,
último caso conocido, y el largo juicio entre Christian Louboutin e Yves
Saint Laurent son sólo dos ejemplos del tormentoso idilio entre
propiedad intelectual y moda.
Ana Soto, socia del
bufete Cuatrecasas, Gonçalves Pereira y
experta en propiedad intelectual, explica que a nivel europeo existe una protección
sólida contra las copias y las falsificaciones, aunque cada una tenga una vía
judicial distinta. “No hablamos de lo mismo en el caso de las copias y las
falsificaciones”, aclara.
“Las falsificaciones o
utilizaciones de marca están tipificadas como delito y se ejecutan por la vía
penal; en el caso de las copias, o los conocidos como clones, hablamos de
una falta que se ejecuta por la vía civil”, explica Soto. En los casos como el
de Gucci contra Guess yLouboutin contra Saint
Laurent se siguen procedimientos civiles administrativos.
En el caso de la
industria de la moda existen cuatro leyes destacadas que protegen las
creaciones de los diseñadores y las firmas. La primera de ellas es la que tiene
un mayor rango de protección a nivel mundial y la que, a su vez, exige
unos requisitos más estrictos: la ley de propiedad intelectual.
En segundo lugar, y a
nivel español, está la ley del diseño que no es tan estricta.
En este caso, la ley protege más a la estética que a la idea del producto. Para
ello, los diseños deben estar registrados. “El registro de una colección de,
aproximadamente, 300 prendas puede costar entre 25.000 y 40.000 euros”, explica
Soto. Por ello, según la abogada, muchas veces los diseños no se registran.
A nivel europeo, también
existe la ley de diseño, que protege las prendas aunque no estén
inscritas, aunque en mucha menor medida. La ley sólo protege frente a las
copias y la definición de copia, en muchos casos, es muy subjetiva. Por ello,
la mayoría de firmas optan por registrar sus colecciones insignia, que son las
más reconocibles y las más susceptibles a ser copiadas.
Por último, está la ley
de competencia desleal. Esta es la que menos protección ofrece ya que parte
de la premisa de que toda imitación es libre.
Precedentes: España vs.
Francia
Para Ana Soto el
problema que existe en la industria de la moda, por lo menos a nivel español,
es “la falta de actividad por parte de las empresas”. La regulación es la
misma, pero la poca tradición de
demandar, hace que la jurisprudencia española no cuente con tantos precedentes
como otras como la francesa. En Francia, existe una mayor concienciación frente
a la propiedad intelectual y, por ello, los precedentes son mayores.
Un caso claro es el de
los conocidos como clones.
Las copias que se realizan, en la mayoría de casos por compañías de gran
distribución, son un problema para las firmas de moda pero las demandas sobre
este tipo de actuaciones no abundan.
Según Soto, “el
procedimiento es largo y cuando sale la resolución del caso, los productos ya
no están en stock”. Además, “la indemnización no suele cubrir ni las costas del
procedimiento”, explica Soto.
No sólo se copia a las
grandes firmas de moda como Balenciaga, Isabel Marant o Chanel.
Los pequeños diseñadores también son protagonistas de este tipo de situaciones
pero, en su caso, las resoluciones son distintas.
“Con los pequeños
diseñadores se transacciona mucho: les pagan lo que haya costado el diseño y el
tema se cierra”, destaca Soto. Y es que “a las grandes casas de moda una mala
publicidad no les va bien”.
“Las grandes firmas
están consideradas marcas selectivas y construir su imagen cuesta mucho
dinero”, explica Soto. “Desvirtuar una firma es muy fácil y por eso lo deben
evitar por todos los medios porque, al fin y al cabo, la publicidad es mucho
mayor para el que clona que para el copiado”, añade la abogada.
Y más sobre clonaciones:
Los publicistas -mucho más imaginativos que los abogados- están
utilizando de forma masiva los perfiles sociales de las celebrities y otros
influencers para promocionar productos de la forma más efectiva posible: sin
que se note que es publicidad.
Proliferan los blogs de
moda, cocina, diseño, música… y a los blogueros y celebrities con más
influencia se les puede llegar a pagar de 50 a 20.000 Euros por ‘tuit’.
Sin embargo, los consumidores deben ser conscientes en todo
momento que están recibiendo un mensaje publicitario y en la mayoría de los
casos de los llamados “clones” que sólo beneficia a determinados grupos
industriales y perjudica, gravemente, la creación y la cadena de producción
sostenible, que “todos” necesitamos. En Estados Unidos y en el Reino Unido ya
están trabajando sobre este asunto ¿y en España?
De todo esto se hablará en la jornada
de “Moda y Derecho” de Garrigues
que tendrá lugar mañana de 9:30 a 14:20
en C/ Hermosilla,3. Con la presencia
de los principales actores del sector y que abordará , mediante ponencias y
mesas de debate, las preocupaciones jurídicas de los profesionales de la moda,
desde el tratamiento de los knockoffs y las falsificaciones, hasta la relación
de las firmas con las redes sociales y las blogueras de moda, pasando por los
procesos de internacionalización de la marca.
Moda y Derecho
Fecha:
23/05/2014
Hora: De
9:30 a 14:20 h.
Lugar:
Auditorio Garrigues
Dirección:
Hermosilla, 3 - 28001 Madrid
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