- Formular y evaluar proyectos
de Intervención Social, Educación, Formación y de Cooperación al
Desarrollo.
- Evaluar las necesidades internas y
diseñar planes estratégicos y de acción para su desarrollo
organizativo.
- Diseñar, ejecutar y evaluar cursos de formación dirigido
a profesionales y voluntariado.
- Diseñar ejecutar y evaluar de proyectos
para el desarrollo de las capacidades de colectivos de especial atención.
- Incorporar a tu entidad nuevas
tecnologías de la información y formación.
- Implementar plataformas de formación
on-line, así como el asesoramiento para su manejo y utilización corporativa
- Asesoramiento y asistencia técnica a
las administraciones públicas locales para llevar a cabo proyectos de
intervención social con colectivos en situación de vulnerabilidad social.
- Asesoramiento y Asistencia técnica
al tejido empresarial con inquietudes en destinar fondos para
desarrollar proyectos con fines sociales.
- Constitución de Asociaciones, Fundaciones,
Federaciones, Confederaciones
- (...)
La Consultoría Social podría
definirse como un espacio de actividad para la intervención social con un
“estilo” generado a partir de la sistematización de la experiencia.
Cuando hablamos de CONSULTORÍA
estamos entendiendo un servicio profesional y externo, con las siguientes
características:
Incluir o basarse en un
acompañamiento o interacción de cierta intensidad y duración entre el agente
externo (consultor) y la organización cliente. En ocasiones ese contacto será
tan sólo con una parte o incluso con una persona de la organización.
Incorporar un valor añadido
significativo relacionado con el conocimiento, debe tratarse de práctica basada
en la evidencia.
Desencadenar o posibilitar
cambios apreciables en (los procesos o estructuras de) la organización cliente.
Ese cambio, por ejemplo, puede consistir en la creación de una nueva línea de
actividad (previo estudio de viabilidad, por ejemplo).
Aportar, además del valor añadido
que recibe la organización a la que se apoya, un valor añadido al conjunto del sistema
o red
Diferencia con respecto al
servicio de asesoría:
La consultoría tiene un papel más
activo en la entidad (cliente) y trabaja por el cambio y el aprendizaje organizacional y no solo por
la mejora. La consultoría busca el empoderamiento de la organización a la que
apoyamos. Ofrece visión, perspectiva y abre posibilidades a nuevos paradigmas…
Junto con las palabras consultor/a, asesor/a, aparee una tercera: facilitador/a
con una connotación de quien está especialmente atento o atenta al proceso o
método, además de al producto o finalidad...
Rasgos positivos de la buena
consultoría:
ü Conocimiento
genuino, contrastado, trabajado, actualizado, innovador, específico, relevante,
aplicable...
ü Compromiso
leal con la organización cliente.
ü Independencia
o neutralidad en relación con los intereses de los agentes implicados en una
determinada situación.
ü Capacidad
de adaptación, interacción, acompañamiento, soporte...
ü Transparencia
y evaluabilidad de la intervención a los ojos de la organización cliente.
ü Ética
profesional.
ü Buena
relación calidad-precio.
Un consultor es un compañero de viaje para determinados casos del itinerario de las organizaciones a las que sirve, ayuda a acelerar su proceso de aprendizaje y construcción de conocimiento, que no molesta o ralentiza, bloquea o desvía sino que ayuda sobre la base de un conocimiento en entornos y procesos. Es un agente necesario en organizaciones orientadas a la acción (producción, prestación de servicios,…) y aquellas dedicadas fundamentalmente a la construcción de conocimientos (como universidades, centros de investigación,…)
Cuando se recibe la demanda o
encargo de servicio, el consultor, debe: leer, interpretar, diagnosticar y solo
entonces se asume o rechaza, recomendado a otra organización más adecuada si es
posible ( porque no sabemos todo) y se
define, construye y comunica nuestro posicionamiento, qué sabemos hacer y cómo
trabajamos. Se trata de saber a qué juego queremos jugar. Tenemos una gran
responsabilidad y trabajamos con material sensible….También queremos terminar
los procesos.
Cuando hablamos de consultoría
social, hablamos de construir sociedad, que interesa o implica, de forma
especial, a la colectividad. Muchas veces lo social se opone (dialécticamente
si se quiere) a lo económico, entendido lo económico, en este caso, como lo que
se rige, estrictamente, por las leyes del mercado. También a veces lo social se
opone a lo público (en el sentido de estatal), como cuando diferenciamos la
responsabilidad pública y la responsabilidad social... Nos referiremos a una
consultoría al servicio de la intervención social, de la política social. Una
consultoría al servicio de organizaciones que trabajan por el bien estar
social, la cohesión social, la inclusión social, la justicia social, los
derechos sociales. “El fin está en los medios” por ello se prestará especial
atención en los valores, las estructuras, las prácticas, la cultura de las
organizaciones.
Cuando hablamos de consultoría
social, parece que queremos decir que el ámbito en el que se produce el trabajo
es, en sentido amplio, el del sector social y que, de alguna manera, la
organización que hace consultoría está comprometida con esa finalidad social de
las organizaciones con las que trabaja o a las que sirve.
Por otra parte las organizaciones
dedicadas a la consultoría social, en su vivir y accionar, han de destilar y
compartir valores, emociones, actitudes... coherentes con ese carácter social
que se les supone. Difícilmente una organización de consultoría va a
desencadenar procesos o cambios en clave de inclusión, participación, cohesión,
bienestar... si en su seno no se funciona en clave de inclusión, participación,
cohesión, bienestar...
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