viernes, 15 de julio de 2011

¡40 años, no es nada!


          ¡40 años, no es nada!

Boceto 40 años
Cuando llegas a los 40, la gente ya no te considera hipondríaco, porque ahora si estás enfermo; tus articulaciones pronostican el tiempo mejor que los meteorolos y tu seguro médico empieza a resultar rentable.

A los 40 comprendemos que ser felices es algo que depende de nosotros y no del ambiente ¿Que nos hace felices a los seres humanos? Pocas cosas: ser amados y poder amar a otros, ser honestos con nosotros mismos y tener ideales que alcanzar en la vida.

A los 40, (quien llega, porque muchos se han quedado en el camino) se han aprendido bastantes cosas, que si se ponen en práctica nos facilitan llegar a ser felices. Hemos aprendido que el amor no es lo mismo que el sexo, y que es más gratificante una relación de profunda amistad con alguien de otro sexo, donde se comparten gustos, ideales, proyectos, que cuando el centro de la relación estaba en la relación física. Ahora ya se sabe, quizá después de algunos fracasos, que el amor es donación y que el amor duele. El tiempo de los amores de color rosa, ya pasó y se valora más la ayuda desinteresada que damos o recibimos, que el ramo de flores, (aunque este también se agradece, y más si te lo regalan a los 40). Se sabe que el desgaste de los años pasa factura al cuerpo y que uno no es omnipotente. No se puede hacer todo lo que uno quiere y ello nos enseña a ser más humildes. Ya no se cree con tanta facilidad los halagos que nos hacen, y la visión que uno tiene de si mismo es más objetiva, independientemente de lo que digan de nosotros. Nos miramos al espejo con más sinceridad. Nuestra conciencia si ha “funcionado" bien, ya nos ha enseñado que a ratos somos Dr. Jekyll y a ratos Mr. Hyde. Posiblemente hemos tenido la experiencia de pedir perdón. Y si no lo hemos hecho, es que tenemos serios problemas.

SI creemos que lo mejor comienza a los 40, posiblemente será verdad.

Un autor dijo “Estamos vivos y es lo único que necesitamos para empezar” ¿Por qué no hacerlo?

Gracias Juan Carlos por quererme y estar a mi lado. Gracias Diego por soportar mis amargos momentos, te pido perdón. Muchas felicidades a mis queridos cuarentones: Mi hermano, Albero, Mariano, Beatriz, Angelito. Un recuerdo para Tatiana, Cristina y Diana.  

Mi querido Ángel, el 23 de septiembre cumplirías 40 años, no me olvido de ti (puto cáncer...) 

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