Una
frase hecha dice que el perro de pastor alemán "no es el primer mejor
perro en nada, pero es el segundo mejor en todo". No es exacta, como todas
las generalizaciones, pero se acerca bastante a lo real. De hecho se pueden
encontrar razas que superan al pastor alemán en alguna cualidad específica
(algunas tienen mejor olfato, otras pueden ser más resistentes, etc), pero
ninguna tiene tan gran nivel de versatilidad ni es capaz de hacer de una forma
tan excelente todas las cosas que es capaz de hacer un pastor alemán. Y si la
frase anterior no es exacta, es porque el pastor alemán es realmente el primer
mejor perro en muchas cosas.
El
24 de Abril de 1899 nació el Club del perro de pastor alemán en Alemania (SV),
los fundadores fueron, el maestro de caballería, capitán Max Emil Friedrich von
Stephanitz y un grupo de entusiastas amigos. El capitán Friedrich von
Stephanitz trazó todos los esquemas del SV, creó el primer libro de orígenes
(SZ) e inscribió el primer ejemplar Horand v. Grafrath von Stephanitz, también
elaboró el estándar del perro de pastor alemán, siendo salvo pequeñas
modificaciones el actualmente vigente.
En
1922 se puso en funcionamiento el libro de selección (Körbuch) siendo inscritos
todos aquellos ejemplares sometidos a un exhaustivo exámen por un maestro
confirmador donde los elegidos reunían inmejorables características para la
mejora de la raza.
Actualmente
se sigue practicando dicho mecanismo, donde los planteamientos son mucho más
exigentes, por ejemplo, el control obligatorio de displasia de cadera, pruebas
de trabajo (SchH y HGH).
El perro y su entorno
De hecho, es esta capacidad de adaptarse
fácilmente a convivir con las personas la que hace del perro un animal
doméstico tan útil.
Hay
perros más predispuestos que otros a convivir con la gente, pero esto es algo
que depende en general del carácter de la raza a la que pertenece el perro, y
en particular, del propio carácter individual del perro y del trato que recibe.
El
perro tratará de adaptarse siempre a las "normas" de su nueva manada.
Sin embargo, este margen de adaptación tiene un límite, por lo que debemos
colaborar a que le sea fácil, dándole un ritmo de vida regular, y actuando para
con el teniendo en cuenta una serie de consideraciones que influyen en su
convivencia con las personas, relativas a: el carácter del perro, su nivel de
inteligencia, comprender su comportamiento y por qué actúa como lo hace, y comprender
lo que nuestro perro nos quiere comunicar (él a nosotros ya nos entiende).
Carácter
En
toda manada existen unas jerarquías. El perro ha de tenerlas muy claras para
sentirse a gusto. Es decir, necesita saber quien está por encima de él (y puede
darle órdenes) y quien por debajo. De cara a evitar problemas, ha de dejarse
muy claro que las personas con las que convive están por encima de él. Pero el
cómo acepte la autoridad del amo, está en relación con el carácter y la
personalidad del perro.
En
un perro de carácter tranquilo y dócil, esto no presenta mayores problemas.
Pero si elegimos un perro de carácter dominante, hay que demostrarle desde
cachorro quién es el que manda, de forma que obedezca por gusto y por respeto,
no por la fuerza. Si el perro nota falta de carácter en sus dueños, reticencia
a castigarle cuando se porta mal o no obedece las órdenes, o incluso falta de
interés (se le deja campar a su aire sin imponerle restricciones), el perro
asocia todo esto a un "vacío de poder". Por instinto tratará de llenarlo,
ya que alguien tiene que dirigir la manada, y ¿quién mejor que él, si piensa
que es el más fuerte?
Por
supuesto, no se trata de actuar tiránicamente o aplicar castigos
desproporcionados (esto confunde al perro y ¡mucho ojo! son muy sensibles a que
se les trate injustamente, y se rebelará). Si tienes un doberman, por ejemplo,
y el animal nota que su amo es severo pero justo, respetará la jerarquía porque
se siente a gusto al estar "dirigido" por alguien que sabe "más
fuerte" que él, y nunca dará problemas.
Algunas
normas que conviene seguir:
Desde
cachorro (¡especialmente cuando es cachorro!), al jugar "a pelear"
con el no debe permitírsele que se ponga encima. Es una posición de dominio, e
intenta alcanzarla para saber a qué atenerse. Muy bien, pues se le explica: en
cuanto se pone encima, con firmeza, se le echa al suelo, se le pone panza
arriba y se le inmoviliza unos instantes.
Se
le dejan juguetes a mano, que serán suyos. Si intenta coger cualquier cosa que
no se le haya dado, se le quita sin contemplaciones.
Si
quieres hacerle mimos, que se los gane. Es decir, si te apetece acariciarle
porque sí, dale cualquier orden (siéntate, ven aquí,...) y cuando la cumple, se
le hacen todas las caricias que te apetezcan (de paso esto sirve para
educarle).
Un
privilegio del jefe de la manada (entre los cánidos) es que puede tocar a
cualquier otro miembro del grupo cuando le apetece. Tócale de vez en cuando,
haciendo que se acueste y acariciándole todo el cuerpo, barriga incluida
(ponerse panza arriba es muestra de sumisión). Por supuesto, no debe
permitírsele que él te toque siempre que le apetezca.
Hay
que usar "el palo y la zanahoria" con justicia, premiándole cuando
obedece y castigándole de alguna forma cuando no obedece. De hecho, hay que
hacer que obedezca quiera o no. Así sabrá quien da las ordenes, y que a él le
toca obedecer. Por supuesto, tan malo es castigarle sin motivo como no
premiarle ni con una simple caricia cuando se lo gana.
Normalmente,
convive más de una persona con el perro. El perro notará también la existencia
de una jerarquía implícita, y hay que tratar de no confundirle. Por ejemplo,
supongamos que se trata de una pareja con dos hijos, más el perro.
Un
par de ejemplos:
Uno
de los niños se porta mal ante el perro. El perro lo sabrá (entienden más de lo
que parece). Ha de ver que el otro "cachorro" también recibe su
castigo. De lo contrario se sentirá agraviado.
Si
el perro asume que el padre es el "jefe" (detecta que hay un
"macho dominante", que es lo normal entre sus congéneres), si la
madre tiene que pegarle una bronca al padre por el motivo que sea, es mejor que
el perro no lo vea. De lo contrario asume que se puede cuestionar el rango, y
cuando sea adulto tanteará sus posibilidades de "ascenso" en la
jerarquía.
Inteligencia canina
La inteligencia es un término difícil de
definir, aunque instintivamente somos capaces de distinguir si un animal
muestra actitudes "inteligentes". En el caso de los perros, es
indudable que requerimos de ellos un gran número de cualidades, muchas de las
cuales no se pueden explicar recurriendo a su instinto, sino que deben ser
educadas. Y ciertos aprendizajes son tan complejos que no se pueden lograr como
una simple respuesta automática a una orden, sino que exigen una cierta
capacidad mental por parte del perro.
Según
Stanley Coren (profesor de psicología y adiestrador de perros) podemos
distinguir tres tipos de inteligencia en los perros:
- Inteligencia
instintiva.
- Inteligencia
adaptativa.
- Inteligencia
funcional o de obediencia.
La
inteligencia instintiva son las cualidades fruto de la herencia genética. A
través de la selección de las diversas cualidades, fomentando mediante la
crianza aquellas que interesan, se tienen las diversas razas de perros. Como
los perros se crían para que hagan algo, es preferible criar aquellos que ya
hacen por instinto el trabajo deseado, en lugar de tenérselo que enseñar. Así
se consiguen, por ejemplo, perros de rastreo que no ladran: en lugar de
enseñarles a no ladrar, para no espantar a la caza, se crían aquellos que no
ladran. Por otra parte hay razas de perros extremadamente torpes, a los que
apenas se les puede enseñar nada, ni tienen inteligencia instintiva. Los perros
de origen chino (chow-chow) o polinesio, apenas son más listos que una oveja.
Se los criaba como comida (aún se hace), y ¿a quién le interesa un alimento
inteligente?.
Dado
que la inteligencia instintiva está inscrita en los genes, poco se puede hacer
para cambiarla. Por ejemplo, es inútil enseñar a cazar conejos a un pastor
escocés (los del tipo "Lassie"); estos perros tienden por instinto a
agrupar un rebaño, así que es más probable que intente hacer que un grupo de
conejos se reúna en un círculo, en lugar de atrapar uno.
La
inteligencia adaptativa es la capacidad de sacar relaciones de causa-efecto, y
obrar en consecuencia. Dicho de otra forma implica la capacidad de aprender de
las situaciones y resolver problemas. Aclarándolo con algunos ejemplos
sencillos:
Un
perro muestra capacidad de aprendizaje si, por ejemplo es capaz de deducir que
cuando su amo: 1) se levanta del asiento, 2) se pone unos zapatos, 3) abre el
armario donde guarda la correa del perro, 4) coje la correa, y 5) finalmente,
le llama, es que van a salir de paseo. Con el tiempo, un perro poco inteligente
seguirá sin moverse hasta que le llame, por muchas veces que se repita la
situación. Un perro con una capacidad mediana, empezará a mover la cola y a
prestar toda su atención al amo en el punto 3). Si en el punto 2) ya está
encima de ti, quizás sea "demasiado" inteligente (puede que vayas a
salir con él, puede que no, pero, por probar... ;-)
La
resolución de problemas es otro aspecto de la inteligencia adaptativa. Un perro
que al verte por una ventana, solo es capaz de pegar el hocico a la misma
intentando llamar tu atención, no está dando muchas muestras de capacidad de
resolver un problema. Pero si al cabo de un rato, abandona la ventana para
buscar un camino para llegar a ti, y encuentra una puerta en otro lado de la
casa, ha sido capaz de resolver el problema "cómo ir de A a B si el camino
directo no está practicable".
La
inteligencia funcional o de obediencia es la cualidad que permite que los
perros nos sean útiles. Tiene un componente de capacidad de aprendizaje, en el
que influye la int. Adaptativa, pero además, está su disposición a colaborar,
es decir, a seguir aquellas órdenes que ha aprendido a obedecer. Este factor
tiene más influencia de la personalidad del perro, que de su inteligencia per
se. Un perro con inteligencia adaptativa elevada, pero incapaz de obedecer
órdenes, es tan poco útil como un perro torpe y obtuso.
La
inteligencia de obediencia es algo que va por razas, ya que para según qué
tareas es más o menos necesario que el perro sea obediente.
Las
distintas razas de perros tienen un nivel diferente de los 3 tipos de inteligencia,
que no pueden sobrepasar una vez llegados a cierto punto, pero se puede
trabajar con el perro para que alcance su máximo. Una educación adecuada desde
cachorro, permitirá mejorar su personalidad y aumentar su inteligencia
funcional y de obediencia.
Comportamiento
Comunicación
La
capacidad de comprender de los perros varía según su nivel de inteligencia,
pero en todos los casos son capaces de entendernos de tres formas diferentes:
- Lenguaje hablado
(órdenes verbales y palabras que no son órdenes).
- Gestos (órdenes
gestuales).
- Nuestro lenguaje
corporal inconsciente.
Según
su nivel de inteligencia son capaces de aprender más o menos palabras y gestos
que corresponden a órdenes explícitas ("ven aquí",
"siéntate"...). El que obedezcan o no ya depende de su disposición a
colaborar, pero lo cierto es que entender, entienden perfectamente. Hay
diferencias según las razas: algunas solo entienden media docena de órdenes y
son incapaces de aprender más, y otras, como el pastor alemán, pueden aprender
y distinguir más de un centenar (incluyendo palabras que no les hemos enseñado
expresamente, pero que por observación y deducción han aprendido lo que
significan). Esto se refiere tanto a las órdenes verbales como a las dadas
mediante gestos.
En
cuanto a nuestro lenguaje corporal inconsciente, son extremadamente sensibles
(más aún que las personas). Nuestros gestos varían según nuestro estado de
ánimo y emociones, y los perros lo captan perfectamente, y responden a ello.
Y
nosotros, ¿los entendemos?
Los
perros, además de la capacidad de comprender el lenguaje, como animales
sociales necesitan también la capacidad de expresarse. También lo hacen
mediante vocalizaciones, gestos, y lenguaje corporal. Un perro, al comunicarse, lo puede hacer en tres aspectos:
- Comunicar su estado emocional.
- Expresar sus deseo y necesidades.
- relaciones sociales (liderazgo, rango, marcación del territorio)
- Comunicar su estado emocional.
- Expresar sus deseo y necesidades.
- relaciones sociales (liderazgo, rango, marcación del territorio)
- No es bueno ignorar sus expresiones, ya que podemos sacar mucha información de ellas. Los matices de significado que pueden expresar son muy variados, y conviene entenderle más allá de que "si gruñe está enfadado y si mueve la cola está contento", y pensar que eso es suficiente.
muy buena informacion, buena pagina, felicidades
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