jueves, 8 de marzo de 2012

La UE se inclina por la cuota femenina. El desinterés empresarial impulsa la acción europea. Diversos informes indican que las empresas con más mujeres ganan más. Beatriz Navarro - Bruselas





La Comisión Europea no quiere esperar 40 años más para ver realizado su objetivo de que hombres y mujeres alcancen la igualdad en los consejos de administración de las empresas.

Es el tiempo que, al ritmo actual, tardarían las compañías europeas en tener al menos un 40% de miembros de ambos sexos en sus órganos de dirección. Y Viviane Reding, comisaria europea de Justicia, prefiere impulsar un plan a nivel comunitario para ayudar a las mujeres a romper un techo de cristal que, constata, "sigue impidiendo que lleguen a lo más alto".

El debate sobre la conveniencia o no de legislar a favor de la presencia femenina en las empresas está más vivo que nunca. "No soy muy fan de las cuotas pero me gustan mucho los resultados que alcanzan", planteó Reding.

Actualmente, las mujeres ocupan sólo un 13,7% de los puestos de dirección, un porcentaje insuficiente para la Comisión Europea. A través de un consulta pública lanzada ayer y abierta a todo tipo de contribuciones hasta finales de mayo, determinará si es necesario tomar medidas legales para incentivar la presencia femenina en puestos de responsabilidad empresarial.

La autorregulación (la idea de que las empresas pueden tomar medidas por sí mismas, sin leyes de por medio) ha fracasado, vino a proclamar ayer Reding. La comisaria no oculta su decepción con la actitud de las empresas ante este objetivo. Hace un año se reunió con representantes de la patronal europea y una veintena de consejeros delegados procedentes de todo el continente y de todos los sectores. Mostraron un gran interés, recuerda Reding, en la idea de comprometerse voluntariamente a que en el 2015 haya un 30% de mujeres en sus directivas, porcentaje que debería alcanzar el 40% en el 2020. Pero, a la hora de la verdad, sólo 24 empresas europeas (entre ellas, la barcelonesa Escuela de Alta dirección y Administración) se han adherido a este compromiso.

Fue la última oferta de Reding antes de poner en marcha la maquinaria legislativa comunitaria para alcanzar este objetivo político por otras vías. No propone (todavía) impulsar cuotas a nivel europeo y el cuestionario de la consulta, disponible en la web de la comisaria, está abierto a todo tipo de sugerencias. Pero la mitad de sus preguntas se centran en esta figura: si deberían ser cuotas obligatorias u optativas, en qué porcentaje ("¿20-40-60%?"), con qué consecuencias para quien las incumpla...

A su juicio, el debate sobre si debe haber o no más mujeres en los puestos de dirección está superado con un rotundo sí. La cuestión es cómo incentivarlo. La posición de los gobiernos europeos no es en absoluto unánime respecto a las cuotas: en el último consejo de ministros, se vio que hay unos pocos muy a favor, unos pocos muy en contra, y una mayoría tibia a la idea.

Reding quiere escuchar a todos los sectores antes de lanzar una propuesta en un sentido u otro. En su "anterior vida" como comisaria de Telecomunicaciones, protagonizó duros enfrentamientos con los estados miembros por su empeño en rebajar las tarifas de móvil en el extranjero y ayer se mostró dispuesta a pelear con el mismo talante.

Pero una cosa es imponer una rebaja de tarifas a las empresas y otra muy distinta cambiar sus hábitos de trabajo y la forma en que millones de familias europeas se reparten las tareas del hogar y el cuidado de los hijos.
Finlandia es el país de la UE con tasas más altas de presencia femenina en la cúpula de las empresas y lo ha logrado sin imponer cuotas. "Tienen una forma de entender la paternidad que no se da en otros países", admitió Reding, recordando que otra tarea complementaria pasa por abrir más guarderías. La propia Reding ilustra la evolución de muchas mujeres hacia la idea de las cuotas. "Sé que hay mujeres que han llegado arriba porque son fuertes y a las que no les gusta la idea, porque alguien puede pensar que están allí por ser una 'mujer-cuota'. Yo ya he pasado la edad en la que las cuotas vayan a cambiar algo en mi carrera, así que estoy tranquila", aclaró. "Veo a muchas mujeres de mi edad que no estaban a favor de la idea pero empiezan a decir que quizás las necesitemos durante un tiempo para romper el techo de cristal".

Diversos informes del mundo empresarial coinciden en que una mayor presencia de mujeres en la dirección de las empresas aporta estabilidad y mayores beneficios. "Son un buen negocio", enfatizó Reding. Las mujeres, piden respuestas concretas, siguen conductas menos arriesgadas y, como responsables de la mayor parte del consumo privado del mundo, empatizan mejor con las necesidades del cliente, dijo.

La patronal europea Business Europe no discute estas conclusiones. Pero advierte que ninguno de los informes a menudo citados por Reding y elaborados por Deutsche Bank, Ernst & Young o McKinsey se posiciona a favor de las cuotas. "Una presencia más equilibrada de hombres y mujeres es buena para la empresa, porque aporta creatividad, pero no estamos de acuerdo en que eso se alcance a través de las cuotas", aclara Guillaume Cravero, su consejero de asuntos sociales.

La patronal europea pide tiempo para que el alto número de licenciadas universitarias se traduzca en una mayor presencia en los consejos de administración: "Llegan a ese nivel con una media de 45 años", apunta su consejero, partidario de dejar a las empresas que tomen iniciativas voluntarias según cada situación.

Pero, sin cuotas, los avances son mínimos, resalta un informe publicado ayer por la Comisión Europea. Entre octubre del 2010 y enero de este año, el porcentaje de representación femenina ha aumentado un 1,5%, pasando de un 11,8% a un 13,7%. Es el mayor salto jamás registrado (la media histórica es de un avance del 0,5% anual) pero casi la mitad se debe a Francia, que el año pasado legisló a favor de las cuotas.






1 comentario:

  1. Los eurodiputados han apoyado con su voto favorable en sesión plenaria dos informes sobre igualdad de sexos. En el primero, el Parlamento Europeo pide a la Comisión Europea que presente en el plazo más breve posible legislación con el objetivo de alcanzar un 30% de representación femenina en altos cargos empresariales para 2015 y un 40% en 2020. En la UE, solo un 12% de los puestos directivos de las principales empresas cotizadas en Bolsa están ocupados por mujeres.

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