Es
el tiempo que, al ritmo actual, tardarían las compañías europeas en tener al
menos un 40% de miembros de ambos sexos en sus órganos de dirección. Y Viviane
Reding, comisaria europea de Justicia, prefiere impulsar un plan a nivel
comunitario para ayudar a las mujeres a romper un techo de cristal que,
constata, "sigue impidiendo que lleguen a lo más alto".
El
debate sobre la conveniencia o no de legislar a favor de la presencia femenina
en las empresas está más vivo que nunca. "No soy muy fan de las cuotas
pero me gustan mucho los resultados que alcanzan", planteó Reding.
Actualmente,
las mujeres ocupan sólo un 13,7% de los puestos de dirección, un porcentaje
insuficiente para la
Comisión Europea. A través de un consulta pública lanzada
ayer y abierta a todo tipo de contribuciones hasta finales de mayo, determinará
si es necesario tomar medidas legales para incentivar la presencia femenina en
puestos de responsabilidad empresarial.
La
autorregulación (la idea de que las empresas pueden tomar medidas por sí
mismas, sin leyes de por medio) ha fracasado, vino a proclamar ayer Reding. La
comisaria no oculta su decepción con la actitud de las empresas ante este
objetivo. Hace un año se reunió con representantes de la patronal europea y una
veintena de consejeros delegados procedentes de todo el continente y de todos
los sectores. Mostraron un gran interés, recuerda Reding, en la idea de
comprometerse voluntariamente a que en el 2015 haya un 30% de mujeres en sus
directivas, porcentaje que debería alcanzar el 40% en el 2020. Pero, a la hora
de la verdad, sólo 24 empresas europeas (entre ellas, la barcelonesa Escuela de
Alta dirección y Administración) se han adherido a este compromiso.
Fue
la última oferta de Reding antes de poner en marcha la maquinaria legislativa
comunitaria para alcanzar este objetivo político por otras vías. No propone
(todavía) impulsar cuotas a nivel europeo y el cuestionario de la consulta,
disponible en la web de la comisaria, está abierto a todo tipo de sugerencias.
Pero la mitad de sus preguntas se centran en esta figura: si deberían ser
cuotas obligatorias u optativas, en qué porcentaje ("¿20-40-60%?"),
con qué consecuencias para quien las incumpla...
A
su juicio, el debate sobre si debe haber o no más mujeres en los puestos de
dirección está superado con un rotundo sí. La cuestión es cómo incentivarlo. La
posición de los gobiernos europeos no es en absoluto unánime respecto a las
cuotas: en el último consejo de ministros, se vio que hay unos pocos muy a
favor, unos pocos muy en contra, y una mayoría tibia a la idea.
Reding
quiere escuchar a todos los sectores antes de lanzar una propuesta en un
sentido u otro. En su "anterior vida" como comisaria de
Telecomunicaciones, protagonizó duros enfrentamientos con los estados miembros
por su empeño en rebajar las tarifas de móvil en el extranjero y ayer se mostró
dispuesta a pelear con el mismo talante.
Pero
una cosa es imponer una rebaja de tarifas a las empresas y otra muy distinta
cambiar sus hábitos de trabajo y la forma en que millones de familias europeas
se reparten las tareas del hogar y el cuidado de los hijos.
Finlandia
es el país de la UE
con tasas más altas de presencia femenina en la cúpula de las empresas y lo ha
logrado sin imponer cuotas. "Tienen una forma de entender la paternidad
que no se da en otros países", admitió Reding, recordando que otra tarea
complementaria pasa por abrir más guarderías. La propia Reding ilustra la
evolución de muchas mujeres hacia la idea de las cuotas. "Sé que hay
mujeres que han llegado arriba porque son fuertes y a las que no les gusta la
idea, porque alguien puede pensar que están allí por ser una 'mujer-cuota'. Yo
ya he pasado la edad en la que las cuotas vayan a cambiar algo en mi carrera,
así que estoy tranquila", aclaró. "Veo a muchas mujeres de mi edad
que no estaban a favor de la idea pero empiezan a decir que quizás las
necesitemos durante un tiempo para romper el techo de cristal".
Diversos
informes del mundo empresarial coinciden en que una mayor presencia de mujeres
en la dirección de las empresas aporta estabilidad y mayores beneficios.
"Son un buen negocio", enfatizó Reding. Las mujeres, piden respuestas
concretas, siguen conductas menos arriesgadas y, como responsables de la mayor
parte del consumo privado del mundo, empatizan mejor con las necesidades del
cliente, dijo.
La
patronal europea Business Europe no discute estas conclusiones. Pero advierte
que ninguno de los informes a menudo citados por Reding y elaborados por
Deutsche Bank, Ernst & Young o McKinsey se posiciona a favor de las cuotas.
"Una presencia más equilibrada de hombres y mujeres es buena para la
empresa, porque aporta creatividad, pero no estamos de acuerdo en que eso se
alcance a través de las cuotas", aclara Guillaume Cravero, su consejero de
asuntos sociales.
La
patronal europea pide tiempo para que el alto número de licenciadas
universitarias se traduzca en una mayor presencia en los consejos de
administración: "Llegan a ese nivel con una media de 45 años", apunta
su consejero, partidario de dejar a las empresas que tomen iniciativas
voluntarias según cada situación.
Pero,
sin cuotas, los avances son mínimos, resalta un informe publicado ayer por la Comisión Europea.
Entre octubre del 2010 y enero de este año, el porcentaje de representación
femenina ha aumentado un 1,5%, pasando de un 11,8% a un 13,7%. Es el mayor
salto jamás registrado (la media histórica es de un avance del 0,5% anual) pero
casi la mitad se debe a Francia, que el año pasado legisló a favor de las cuotas.
De interés: A igual trabajo, igual salario Es justicia
Los eurodiputados han apoyado con su voto favorable en sesión plenaria dos informes sobre igualdad de sexos. En el primero, el Parlamento Europeo pide a la Comisión Europea que presente en el plazo más breve posible legislación con el objetivo de alcanzar un 30% de representación femenina en altos cargos empresariales para 2015 y un 40% en 2020. En la UE, solo un 12% de los puestos directivos de las principales empresas cotizadas en Bolsa están ocupados por mujeres.
ResponderEliminar